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Henri Cartier-Bresson (1908-2004)
 
Capítulos: Pioneros - Artistas - Documentalistas - Prensa
Los fotógrafos de prensa
Un cúmulo de adelantos técnicos posibilitará la eclosión del fotoperiodismo. A esta disciplina se apuntarán muchos fotógrafos profesionales cuando observan los efectos mediáticos de sus fotografías.
Hasta finales del siglo XIX, las fotografías eran utilizadas por la prensa como base para su "transcripción" a grabados en madera (xilografías), que era la técnica de impresión más extendida en esa época para ilustrar los periódicos y las revistas. Esta técnica era la única que permitía la impresión de los caracteres tipográficos (tipografía) y las ilustraciones, al mismo tiempo. Lo que ocurría es que no siempre los fotógrafos estaban de acuerdo con la transcripción del grabador. A finales de este siglo XIX, se generaliza el uso de la prensa rotativa y se inventa la linotipia. Ambas técnicas serán claves para aumentar la rapidez de la edición y las grandes tiradas diarias de los periódicos. Pero ¿qué pasaba con la reproducción de las fotografías?

Ya en 1852, Fox Talbot tuvo la idea de dividir la imagen fotográfica en multitud de puntitos que el ojo humano no percibía. La técnica fue consistía en interponer un tejido de tul entre el soporte y la placa fotográfica. Sobre esta idea, hubo muchos tipógrafos e inventores que intentaron mejorar esta técnica con distintos tipos de tramas. Entre ellos, el impresor canadiense William Leggo Jr. (1830-1915), quien, animado por el editor George-Édouard Desbarats, consiguió un método de granulado capaz de impresionar fotografías en un periódico. El 3 de junio de 1871, el periódico editado por Desbarats, Canadian Illustrated News, fue el primero en publicar con éxito una fotografía en un periódico (fototipografía) con la técnica de semitonos (halftone). En ella se mostraba el edificio de aduanas de Montreal.

Ottomar AnschutzLeggo y Desbarats fundaron la empresa Union Art Publishing Company para conquistar el mercado de la prensa estadounidense. El 4 de marzo de 1873, sale a la calle el primer número de Daily Graphic. El 4 de marzo de 1880, este periódico publicó la que se ha considerado tradcionalmente como la primera fotografía publicada en un periódico, basada en la técnica de los semitonos. La fotografía mostraba la escena de un asentamiento de barracas en Shantytown, un arrabal de Nueva York.

Pero fue en 1878, cuando al francés Charles-Guillaume Petit se le ocurrió sustituir la trama de la granulación química de las sales de plata por un granulado mecánico (similigravure). En 1882, el alemán Georg Meisenbach (1841-1912) perfecciona este método tipográfico. Con el procedimiento Meisenbach o autotipo, se inauguró un sistema para incluir la fototipografía y la tipografía en una misma prensa rotativa, con la conocida técnica de los semitonos. El 15 de marzo de 1884 se publicaron las primeras reproducciones fotográficas con este sistema en el periódico alemán IllustrIrte Zeitung. Fueron dos fotografías realizadas por Ottomar Anschütz (1846-1907) y reflejaban unas maniobras militares en Hamburgo. Con este sistema también fueron publicadas las imágenes del primer "reportaje" de la historia de la fotografía, realizado por Paul Nadar y publicado en Le Journal illustré el día 5 de septiembre de 1886. En dos páginas aparecían una serie de fotografías en las que su padre, Felix Nadar entrevistaba al químico centenario Michel-Eugéne Chevreul.

Heribert MariezcurrenaEn España, el semanario La Ilustración fue el primero en incluir varias fotografías con esta misma técnica en su edición del día 1 de febrero de 1885. El terremoto de Granada ocurrido en la Navidad de 1884, fue un motivo de peso para que el semanario le encargara al fotógrafo Heribert Mariezcurrena (1847-1898) que se desplazara desde Barcelona hasta Granada para tomar fotografías de lo ocurrido. Al mes del suceso, se publicaron las fotos en sucesivos números, a modo de "reportaje por entregas".

En 1894, se fundó la primera agencia fotográfica, Illustrated Journals Photographic Supply Company, en el Reino Unido, e inmediatamente después le siguieron muchas más. En 1896, el periódico estadounidense The New York Times publicó un suplemento semanal con profusión de fotografías. Estas revistas gráficas tuvieron mucho éxito y fueron muchos los periódicos que adoptaron esta opción en los últimos años del siglo XIX y que aún hoy se mantiene.

No obstante, habría que esperar al año 1904 para que los diarios incluyeran más profusión de fotografías. Apenas un año antes, el 2 de noviembre de 1903, salió por primera vez a la calle el periódico inglés Daily Mirror. Apenas dos meses después, las ventas de esta nueva publicación cayeron estrepitosamente. Para dar una nueva orientación a la publicación y animar las ventas, contrataron a Hamilton Fyfe (1869-1951) como nuevo editor. El 23 de marzo de 1904, salió el primer número de un renovado Daily Ilustrated Mirror con numerosas fotografías. Muchas de ellas recogían las imágenes del entierro del Duque de Cambridge. El número del 2 de abril de 1904 incluía una página entera de fotografías del rey Eduardo VII con tres de sus hijos. Las ventas se dispararon. Una parte importante de este éxito se debió a la idea de Fyfe de incluir numerosas fotografías en la portada y en las paginas interiores, sobre todo, ...de la familia real inglesa.

Este modelo de periódico y de tratar las noticias se haría muy populares entre los europeos. En España, este formato fue adoptado el 13 de junio de 1904 por el diario El Gráfico. Su editor, Rafael Gasset, inició esta publicación incluyendo unas páginas centrales con fotografías. Lamentablemente, este diario ilustrado fue cerrado en diciembre del mismo año debido a su hostigamiento al gobierno reformista del Presidente español, Antonio Maura.

En 1904 se desarrolla la impresión offset o impresión indirecta. Se basaba en la repulsión agua-grasa de la litografía, con la diferencia de que la impresión no se realiza directamente, sino a través de una plancha intermedia de caucho que acepta los dos medios (agua-grasa) y la impresión es de mejor calidad. Esta técnica pronto sería adoptada por la mayoría de las publicaciones estadounidenses y europeas. Actualmente, sigue siendo el sistema más utilizado, adaptándose incluso a la fotografía en color y a la digital.

A pesar del realismo que incorporaban las fotografías a la prensa, la profesión de fotorreportero no gozaba de buena reputación y estaba peor pagada que la de un ilustrador o un caricaturista. Los aparatos fotográficos eran todavía muy pesados, por lo que, generalmente, los editores elegían a los reporteros más por su fuerza física que por su talento. La luz de magnesio era cegadora y de un olor nauseabundo. Las personalidades se veían sorprendidas por una luz repentina y solían aparecer retratados con los ojos cerrados, o con la boca abierta o en actitudes poco favorecedoras. La mayoría de los fotografiados no les gustaba ver a los fotorreporteros rondar a su lado.

No será hasta el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales o de entreguerras, cuando eclosionara la disciplina del fotoperiodismo y será reconocida como una profesión solvente. Fue en este periodo cuando se desarrollaron la mayoría de las técnicas periodísticas que han prevalecido hasta la llegada de internet. En 1921, Edouard Belin (1876-1963) presentó su método de transmisión fotográfica a través del hilo telegráfico y telefónico llamado telefotografía. En realidad, era una perfección del sistema inventado por el alemán Arthur Korn (1870-1945). Desde 1921, el belinograma fue el sistema de transmisión de la información fotográfica más extendido y se ha mantenido operativo hasta la década de los 80 del pasado siglo. En 1924, Ernemann Works, ubicada en Dresde, presentó una pequeña cámara de placas, la Ermanox, que montaba un objetivo Ernostar muy luminoso (f/1.8 o f/2) y de tamaño reducido, evitando así los indiscretos y molestos polvos de magnesio. Esta cámara dejó de fabricarse en 1931 porque la Leica I, de Leitz conseguía hacerse con el mercado de la cámaras compactas. La Leica I utilizaba por primera vez la película de 35mm que todos hemos conocido en forma de carretes, lo que permitía mejor portabilidad y más fácil manejo. En 1930, los primeros flashes de bombilla o flashbulb permiten disparar la cámara en condiciones de escasa iluminación, liberándose así del engorro de los polvos de magnesio. El peso del equipo fotográfico disminuyó escandalosamente. Las cámaras, los objetivos y los obturadores eran cada vez más pequeños, más luminosos y más silenciosos. Todos estos dispositivos permitieron la captación de la noticia en el mismo instante en que se producía, pero también la posiblidad de enviar la imagen a cualquier destino con rapidez. Se estaban dando las condiciones idóneas para permitir la eclosión del fotoperiodismo como documento testimonial de la realidad.

Desde comienzos del siglo XX, los periódicos abandonan paulatinamente las ilustraciones y dan paso a las fotografías. Después de la I Guerra Mundial, Alemania no solo dispone de fabricantes de cámaras y objetivos de buena calidad (Leitz y Zeiss), sino también de una producción editorial sorprendente. En 1927 circulaban en Alemania más de 4.700 periódicos y revistas semanales. No había ciudad alemana que no tuviera la edición de una revista ilustrada.

En 1928, el fotógrafo Stefan Lorant (1901-1997) es nombrado jefe de redacción del Münchner Illustrierte Presse, uno de los dos periódicos más vendidos en Alemania. A Lorant no le gusta reflejar una noticia con una sola fotografía descontextualizada, porque podría correr el riesgo de ser manipulada, así que tuvo la idea de contar la noticia mediante una serie de imágenes, sin apenas el apoyo de los pies de fotografía, inaugurando lo que hoy llamamos reportaje gráfico o fotorreportaje. En este mismo año de 1928, irrumpe en Alemania el fotógrafo amateur Erich Salomon (1886-1944).

 
Erich SalomonDesde 1926, el abogado Salomon trabajaba para el departamento de publicidad de la editorial Ullstein, en Berlín. Ullstein era la editora del periódico Berliner Illustrierte Zeitung, el más vendido de Alemania junto al Münchner Illustrierte Presse. Salomón pidió a un amigo que fotografiara los destrozos producidos por un ciclón. Constató que su editorial pagaba muy bien las fotografías exlcusivas. Ullstein pagó 100 marcos por las imágenes de los destrozos del ciclón. Impresionado por el valor dado a estas fotografías, Salomon decidió complementar su sueldo en Ullstein con la fotografía freelance y se compró la cámara de placas Ermanox. Eligió este modelo porque en los panfletos publicitarios era la que más se acercaba a su exigencias: tamaño pequeño y un objetivo muy luminoso para "sorprender" a la gente, sin necesidad de los molestos polvos de magnesio.

En uno de esos primeros trabajos, Salomon optó por fotografiar los procesos judiciales, muy demandados por los periódicos, debido a que eran más difíciles de obtener. En Alemania estaba especialmente prohibido obtener cualquier documento gráfico en una sala judicial, pero Salomon era muy astuto. En un juicio a un asesino de varios policias, Salomon ocultó la Ermanox en su bombín. Cuando la policía le pidió las placas, Salomon les entregó unas que estaban veladas, escondiendo las verdaderas entre sus ropas. En 1928, Salomon fotografió otro juicio con la cámara escondida en un maletín. El Berliner Illustrierte Zeitung le compró una de esas fotografías por el equivalente a dos meses de su salario en la editorial. De esta forma, a sus 42 años, Salomon decidió dejar su trabajo en Ullstein para dedicarse por entero al fotoperiodismo.

Tenía fama de conseguir fotografías "robadas" con numerosas tretas e imaginación, por lo que le pusieron numerosos apodos, como "el rey de la indiscreción" o "el Houdini de la fotografía". Sin embargo, él prefería llamarse Bildjournalist, acepción con la que aún se conoce a un fotorreportero en Alemania. El periódico inglés Daily Graphic acuñó el apelativo de candid camera a esta técnica de sorprender al fotografiado en aptitudes muy naturales y que no eran muy habituales en la prensa de entonces. Para conseguirlas, Salomon utilizaba placas ultrarrápidas, objetivos muy luminosos y un obturador silencioso (Compur) para que los "objetivos" no supieran cuando se les hacía la fotografía. En 1931, Salomon cambia la Ermanox por una Leica, técnicamente mejor y más ligera.

Con el ambiente antisemita que se estaba creando en Alemania, Salomon se traslada a La Haya. Desde allí continúa trabajando para periódicos y revistas, tanto holandeses como internacionales: Daily Telegraph y Life. En mayo de 1940, Hitler invadió los Paises Bajos y la Gestapo localizó a Salomon en su escondite de Scheveningen por una lectura "abultada" del consumo de gas. Salomon fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt (Terezin), en la actual República Checa. Debido a la presión internacional sobre la violación de los derechos humanos, los nazis permitieron la visita del Comité Internacional de la Cruz Roja a este campo, considerado como "modelo", en el mes de junio de 1944. Previamente, numerosos prisioneros habían sido trasladados desde este guetto hasta el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, situado en la actual Polonia. El motivo de este traslado era "adecentar" el campo y evitar la impresión de hacinamiento ante la Cruz Roja. Entre estos prisioneros trasladados estaba Salomon con su mujer y su hijo Dirk. En Auschwitz, la familia Salomon permaneció recluida en el "campo familiar" por si la Cruz Roja los reclamaba. Una vez finalizada la visita del Comité, todos los presos fueron asesinados, incluido Salomon y su familia. En los escasos cinco años que Salomon estuvo ejerciendo de fotorreportero en Alemania (entre 1928 a 1933), sentó las bases de las técnicas periodísticas para la obtención de fotos "robadas" y sensacionalistas que tanto éxito de ventas siguen ofreciendo.

 

La represión informativa impuesta por el nazismo acabó con la explosión fotoperiodística alemana. Muchos de los editores y fotorreporteros tuvieron que huir a otros países europeos o a Estados Unidos, continuando muchos de ellos con su labor gráfica. Lorant, por ejemplo, fue contratado en Londres para fundar Picture Post, mientras que otros acabaron en los pasillos de la revista francesa Vu. Esta revista había salido a la venta por primera vez el 28 de marzo de 1928. Vu presentaba los reportajes con mucha profusión de fotografías en una misma página, en contra de los cánones vigentes establecidos por L´Illustration, que incluía una foto por página. En su primer número, que costaba 1,50 francos, se incluyeron nada menos que 60 fotografías. Lucien Vogel (1886-1954) fue su primer director. En su número 268, del 3 de mayo de 1933, Vu fue el primer semanario que mostró las imágenes de los campos de concentración que se estaban instalando en Dachau y en Orianenburg.

El éxito de las revistas gráficas demandó muchos fotógrafos y con el fotorreportaje nacieron los fotorreporteros. Hacía tiempo que los fotógrafos profesionales habían salido a la calle para fotografiar hechos o sucesos extraordinarios, pero nunca como hasta ahora. En esta época de entreguerras, los sucesos extraordinarios se suceden con demasiada regularidad. La mayoría de los fotógrafos profesionales y "amateurs" no se resisten a registrar estos acontecimientos con unas cámaras cada vez más livianas, para después vender sus fotografías al mejor postor. Algunas publicaciones optaban por no tener fotógrafos en nómina, por lo que la figura del fotorreportero freelance era muy común. Sin embargo, algunas otras si optaron por tener contratados a fotógrafos reconocidos como signo de calidad y prestancia de su publicación. Pronto estos fotógrafos freelance tuvieron la necesidad de utilizar las agencias para dedicarse más a hacer fotografías que a perder mucho tiempo en ir vendiéndolas a las publicaciones.

La II guerra mundial será un campo de prácticas en el que se afianzará el oficio de fotorreportero. Sus imágenes recogerán el horror del enfrentamiento entre las fuerzas militares y el miedo de la población civil. Muchas de esas fotografías se habrán perdido para siempre o no fueron publicadas por motivos de censura; pero otras, afortunadamente, serían editadas en magníficos libros para vergüenza de los países que las originaron y las alentaron.

En Europa, el estallido de la Guerra Civil española de 1936 atrajo a muchos periodistas y fotógrafos. La guerra de España fue la primera profusamente registrada en los periódicos y en la radio, los medios de comunicación de la época. La cobertura de esta guerra no tenía precedentes. Los equipos fotográficos tan livianos permitieron aproximarse al lugar de la noticia como nunca antes lo habían hecho. Por otra parte, los editores se dieron cuenta del impacto que esas fotografías producía en la opinión de los lectores, en el aumento de las ventas o..., por el contrario, en el desplante de los anunciantes. Esto último fue lo que le ocurrió al mismísimo Lucien Vogel. La revista Vu publicó un número especial de 60 páginas el 29 de agosto de 1936 que no les gustó nada a los publicistas porque consideraron a Vu como una revista muy inclinada hacia el bando republicano. Para calmar los ánimos, los propietarios de la publicación cesaron a Lucien Vogel en su puesto de editor.

Agustí CentellesUna larga lista de reporteros españoles cubrieron ambos bandos aunque con muchas dificultades para obtener carretes fotográficos. De entre ellos, destaca Agustí Centelles (1909-1985), considerado como el Robert Capa español. Con solo 15 años entró a trabajar como aprendiz en el taller fotográfico de Ramón Baños. Desde 1927 a 1931, Centelles se convirtió en ayudante de Josep Badosa (1893-1937), de quien aprendió el oficio de fotorreportero y le animó a pasarse a la Leica y librarse del engorro de las cámaras de placas. En 1934 se independiza y colabora como fotógrafo freelance para los periódicos como La Publicitat, Diari de Barcelona, Última hora o La Vanguardia. Centelles fotografió los enfrentamientos entre civiles en las calles de Barcelona y una de estas fotos fue portada del semanario estadounidense Newsweek el 1 de agosto de 1936.

Cuando terminó la guerra, en 1939, Centelles se exilió a Francia escondiendo las cámaras fotográficas entre sus ropas, junto a 4.000 negativos seleccionados por él mismo. Las tropas vencedoras se apropiaron de todos los negativos que Centelles abandonó en su hogar y todos fueron depositados en el Cuartel General del general Franco, posterior Archivo de la Guerra Civil Española, situado en Salamanca. En 1944, Centelles volvió clandestinamente a España huyendo de la Gestapo por su colaboración con la Resistencia francesa. Antes de cruzar la frontera, dejó una maleta en la casa de un amigo (la familia Dejeihl) en Carcassonne. Esta maleta "francesa" contenía 12.000 imágenes que incluían los 4.000 negativos salvados de la Guerra Civil y los realizados durante su estancia en Francia. En 1946, Centelles decidió "entregarse" a las autoridades franquistas y legalizar su situación. Lo consiguió, aunque no le dejaron ejercer de fotorreportero nunca más. En 1976, recuperó la maleta intacta en la buhardilla del nº 4 de la calle Orliac, en Carcassone, y se dedicó a clasificar todo este material.

Los fotorreporteros internacionales viajaron a España atraidos, en algunos casos, por la causa republicana frente al levantamiento militar de corte fascista. Sus fotografías eran utilizadas por la República española como propaganda para buscar apoyos en los países europeos. Todos estos reporteros fueron testigos de los juicios sumarísimos y las ejecuciones realizadas en ambos bandos. Asistieron a una nueva táctica de desmoralización del contrario, mediante los bombardeos sistemáticos a la población civil, muy lejos de donde se situaban los frentes de guerra convencionales. En la primera oleada de fotorreporteros que se desplazaron a España en los primeros meses del conflicto, llegaron Chim Seymour (1911-1956) y Robert Capa (1913-1954), acompañado de Gerda Taro (1910-1937).

 

Robert CapaEndre Ernö Friedmann era un chico de doce años criado en las calles de su Budapest natal. Eva era una de las tres hijas de la familia Besnyö con quien Friedmann congenió más. A pesar de que Bandi (diminutivo con que apodaban a Friedmann) era tres años menor que Eva Besnyö (1910-2002), a ella le gustaba que le acompañara en sus incursiones fotográficas. Cuando en 1928, Eva decide dedicarse profesionalmente a la fotografía y empieza a documentar la situación social de los más pobres con su cámara Rolleiflex, a Bandi le impresionaron la fuerza de esas fotografías porque ya comenzaba a sensibilizarse por los problemas políticos y sociales de su país.

En la huelga general del 1 de septiembre de 1930, organizada por la Confederación de Sindicatos Húngaros, Friedmann se vió envuelto en una revuelta y fue denunciado a la Policía. Le encerraron, le golpearon y le liberaron, gracias a su padre Dezsö Friedmann, con la condición de que abandonara Hungría. Cuando se graduó, Friedmann partió hacia Berlín, vía Viena, el 12 de julio de 1931, poco antes de cumplir los 18 años. En Berlín, su amigo György Kepes (1906-2001), también exiliado húngaro, le prestó una cámara Voigtländer de 6 x 9 cm para que pudiera pagarse sus estudios en la Deutsche Hochschule für Politik de Berlín, en cuyo carnet de estudiante figuraba ya con el nombre de André.

Pronto encontró trabajo en la agencia de noticias Dephot, como ayudante de revelado y "chico de los recados". En el verano de 1932, Guttmann, el jefe de la agencia, vió que Friedmann tenía olfato para las fotografías impactantes y le entregó una Leica II (modelo D) para que hiciera trabajos sencillos. Poco a poco, y con las enseñanzas de sus colegas reporteros de la agencia, Friedmann aprendió el oficio de fotorreportero. En noviembre de 1932, Guttman le envió a Copenhague para cubrir una conferencia de Leon Trostki en la Universidad. Allí consiguió unas buenas fotografías del estadista en actitud enérgica que le valió la publicación en Der Welt Spiegel del 11 de diciembre.

La declaración del estado de excepción en Alemania, el 27 de febrero de 1933, obligó a Friedmann a dejar su trabajo en la agencia, ahora denominada Degephot, y marcharse a Viena. Después decidió irse a París, adonde llegó en septiembre de 1933, junto a su amigo de la infancia Imre Weisz (1928-1945), apodado Csiki. Allí vivieron en la más absoluta de las indigencias y sobrevivieron como pudieron. Capa llegó a empeñar su equipo fotográfico en varias ocasiones.

En París, Friedmann rescató el nombre de André y conoció a sus amigos más inseparables: el polaco David Szymin (1911-1956), apodado Chim, el francés Henri Cartier -Bresson (1908-2004) y una alemana, de origen judio, llamada Gerda Pohorylles (1910-1937), quien trabajaba en la agencia Alliance Photo. Gerda se convirtió en su manager, aconsejándole en cada momento como debía comportarse, vestir y ser responsable en su trabajo de fotógrafo y Friedmann le enseñaba a fotografiar. A la vuelta de las vacaciones de verano de 1935, Friedman y Pohorylles comenzaron a compartir casa en París.

La falta de trabajo, casi le hizo a Friedmann abandonar la fotografía por el cine. Sus trabajos pasaban inadvertidos porque se confundían a menudo con los del fotógrafo del periódico L´Intransigeant, Georges Friedmann. No le gustaba firmar como André porque le parecía un nombre más propio de un peluquero. Así que en la primavera de 1935, el olfato comercial de Gerda idea inventarse a un supuesto fotógrafo americano llamado Robert Capa, del que André sería el ayudante y Gerda, su representante en Europa. Las fotos firmadas por Capa serían las realizadas por Friedmann; mientras que Gerda disculparía continuamente la ausencia del inexistente fotógrafo. La elección de Capa fue por la admiración que profesaban al director de cine Frank Capra y el de Robert por el nombre de unos de sus actores preferidos, Robert Taylor. Gerda también cambió su nombre por el de Gerda Taro, inspirándose en el nombre de un pintor japonés que vivía en París, Tarō Okamoto.

El estallido de la guerra civil española en 1936 despertó interés en la prensa francesa. Taro ya manejaba con cierta soltura una cámara y ambos querían ir a España. La pareja se unió a la expedición fletada por Vu para el número especial que Lucien Vogel estaba preparando sobre esta guerra. Capa y Taro llegaron a Barcelona el 5 de agosto de 1936 con una Leica y una Rolleiflex que se intercambiaban continuamente. Ambos se encontraron con una ciudad tomada por los partidos izquierdistas más radicales. Los milicianos (civiles armados) podían matar a cualquier sospechoso de ser un aristócrata, un clérigo o un burgués. Cubrieron los frentes de Aragón, de Andalucía y Madrid pero no se encontraron con ningún enfrentamiento serio. De hecho, la famosa fotografía del miliciano muerto en Cerro Muriano (Córdoba), no se realizó en ningún escenario de guerra abierta, sino en un frente de guerra "tranquilo" pero tenso, según coinciden las diferentes versiones del suceso. Chim, por su parte, llegó a España, como corresponsal de la revista francesa Regards y fotografía la retaguardia. Él prefiere registrar los rostros asustados de los civiles en la principales ciudades de España (Madrid, Barcelona, Bilbao).

Después de regresar de su cuarto viaje a España, en febrero de 1937, Capa decide prescindir de la agencia de noticias francesa Alliance y encargarse él mismo de la venta de sus fotografías. Capa instala su estudio Atelier Robert Capa en el nº 37 de la calle Froidevaux, en Montparnasse, y "contrata" a su amigo Csiki Weisz (1912-2007) como encargado del laboratorio. En España deja a Taro, quién muere el 26 de julio de 1937, aplastada accidentalmente por un tanque republicano, cerca de Madrid. A finales de 1939, con la entrada de Francia en la II guerra mundial, Capa huye a Estados Unidos por temor a ser internado en un campo de concentración. Allí viven su madre y su hermano pequeño Kornel. Capa no volvería a cubrir una guerra hasta la primavera de 1943, en la que es enviado por el semanario Collier´s, al frente del norte de Africa.

A principios de los 40, los primeros trabajos de los jóvenes Capa, la difunta Taro y Chim están dispersos: en la agencia Alliance, en los archivos de los periódicos franceses, en las casas de amigos y en el estudio "abandonado" de Capa. Su experto laboratorista Weisz, exiliado húngaro como Capa, también decide huir de Francia, pero con parte de los negativos que le enviaron Capa, Chim y Taro desde la guerra civil española. El metódico Weisz clasifica y coloca los negativos en compartimentos adaptados por él dentro de tres cajas de bombones, que mete en una bolsa. Se cree que, entre los años 1941 y 1942, Weisz se las arregló para hacer llegar estos 127 rollos al embajador de México en Vichy, el general Francisco Aguilar González, quien las llevó consigo de vuelta a su país y las guardó en un armario de su casa particular, en la Avenida de la Revolución de la ciudad de México.

Por su parte, Weisz consiguió huir de un campo de concentración situado en Marruecos, país al que fue deportado, y consiguió llegar hasta la ciudad de Casablanca. Gracias a la ayuda de Capa, Weisz embarcó en el buque Serpa Pinto con rumbo a México, a donde llegó en 1947. Allí Weisz se casó con la pintora inglesa Leonora Carrington y se instalaron en la calle Chihuahua, en la colonia Roma Sur de la ciudad de México, muy cerca del armario donde estaban guardadas las 3 cajas que entregó al general Aguilar en España. En 1976, su hija Grace Aguilar se las dió al hijo de su mejor amiga, el cineasta Benjamin Tarver, cuando estaba a punto de morir. Después de 3 años, Tarver toma consciencia de la importancia de esta maleta "mexicana" y lo hace público. Tras 12 años de negociaciones, en 2007, la cineasta mejicana Trisha Ziff se las entrega al Centro Internacional de Fotografía (ICP) en Nueva York, una institución creada por Cornell Capa, en memoria de su hermano.

Capa cubrió varias campañas de la II guerra mundial. La de Africa, las de Italia, la liberación de París y el desembarco de Normandía. En esta última, Capa estuvo haciendo fotografías con sus dos Contax durante una hora y media en medio del fuego cruzado. De las 72 fotografías realizadas, solo pudieron conservarse 11 imágenes, debido a que se derritió la emulsión durante el revelado de los negativos, en la oficina que compartían las revistas Time y Life en la calle Dean, en el barrio del Soho, en Londres. Algunos culparon de este desaguisado al jovencísimo asistente y futuro fotorreportero, Larry Burrows (1926-1971); otros culparon al editor John G. Morris por apresurar el revelado para remitir las fotografías al periódico Life en Nueva York; de cualquier manera, el armario donde se secaban los negativos se cerró accidentalmente y la temperatura subió de tal manera que la emulsión se derritió y cuando llegaron solo pudieron salvar una parte de los cuatro carretes que Capa remitió para su publicación.

Chim SeymourDos años después de terminar la guerra y animados por Capa, los cinco amigos fotorreporteros decidieron formar la agencia-cooperativa Magnum, en la que los propios fotógrafos decidían el destino de sus imágenes y conservaban los negativos en su poder. Los seis amigos, incluido Capa, eran el francés Henri Cartier-Bresson, el polaco Chim Seymour, el inglés George Rodger (1908-1995), el estadounidense Bill Vandinvert (1912-1989) y la alemana, Marie Eisner (antigua jefa de la agencia Alliance Photo). La puesta en marcha de este agencia, mantuvo atareado a Capa aceptando algún que otro trabajo freelance. Mientras, Chim viajaba por toda Europa por encargo de UNICEF para documentar a los niños de la posguerra, cuyas fotografías serían publicadas en el libro Children of Europe, en 1949.

En 1954, Capa recibió la oferta de promocionar la revista japonesa Camera Mainichi durante seis semanas. Cuando llevaba tres semanas en Japón, Capa recibió la oferta de sustituir al fotógrafo de Life, Howard Sochurek (1924-1994) para cubrir la guerra de Indochina. Esta guerra llevaba ocho años enfrentando a los franceses con su antigua colonia de la penísula de Indochina. Lo que comenzó como una guerra colonial, terminó en un enfrentamiento más propio de la guerra fría que se libraba en el resto del mundo entre comunistas y capitalistas. Los franceses eran apoyados por Estados Unidos, mientras que la guerrilla Viet Minh (Liga para la independencia del Vietnam), dirigida por Ho Chi Minh, era apoyada por China. En 1954, los franceses instalaron una gran base militar en Die Bien Phu, un enclave rural en territorio dominado por la guerrilla Viet Minh, para iniciar una ofensiva desde esa posición.

Cuando Capa llegó a Hanoi (ciudad-sede del gobierno vietnamita) el 9 de mayo de 1954, hacía 2 días que Die Bien Phu había sido aniquilada por la guerrilla. A Capa no le quedó más remedio que cubrir la retirada de los franceses hacia posiciones más seguras. El 25 de mayo, tres fotógrafos, incluido Capa, acompañaron a una misión francesa para evacuar y destruir los fortines Doai Than y Thanh Ne. Capa llevaba su inseparable Contax IIA para fotografíar en B/N y una Nikon S para película de color. Esta Nikon fue un regalo de Nippon Kogaku (actual Nikon Corporation) para promocionar sus productos. La misión francesa asistió a la evacuación y explosión de Doai Than y cuando se dirigían al otro fortín, el convoy tuvo que parar por los enfrentamientos con la guerrilla. Capa decidió salirse de la carretera para cubrir los movimientos de las tropas. Tras realizar varias fotografías, pisó una mina antipersona y murió antes de llegar a un hospital de campaña situado a solo 5 km. Capa se aferraba a su Contax 2A. La cámara Nikon S, con la que había hecho su última fotografía, voló por los aires.

Chim sucedió a Capa en la presidencia de Magnum. Sin embargo, dos años después se desplazó para cubrir la crisis de Suez. No había sido corresponsal desde la guerra civil española, pero, por su condición de judío, le interesaba todo lo relacionado con el nuevo estado de Israel. En julio de 1956, el presidente Nasser nacionalizó el canal de Suez, por lo que Francia y Gran Bretaña se movilizaron debido a sus fuertes intereses en el comercio del canal. Tres días después de que la ONU dispusiera el "alto el l fuego" y desembarcaran en Egipto los recién creados "cascos azules", Chim se dirigía a El Quantara para cubrir un intercambio de prisioneros de guerra que estaban heridos. El 10 de noviembre de 1956, Chim y el jóven fotógrafo de Paris-Match, Jean Roy (1925-1956) cruzaron un puesto fronterizo egipcio y anglo-francés. El jeep en el que viajaban fue tiroteado y cayó al canal. Aún hoy se desconoce la procedencia de los disparos (del lado egipcio o del británico), según Carole Naggar en su ensayo The Sweetwater Canal.

 
La II guerra mundial supuso un despliegue informativo sin precedentes que ya se vislumbró en la guerra civil española. Numerosos fotoperiodistas solicitaron acreditarse, otros fueron por libre y otros se alistaron en el ejército. También surgieron muchos fotógrafos amateurs: civiles y militares, que plasmaron en sus fotografías la crueldad de la guerra. Los soldados de la Wehrmacht alemana disponían de buenas cámaras fabricadas en su país, como Leica, Voitlander o Contax. A pesar de la prohibición de sus superiores de realizar fotografías "comprometedoras", los soldados las hicieron. Muchas de estas fotografías fueron recuperadas de las cámaras dejadas por los muertos o confiscadas a los prisioneros. Aún hoy siguen apareciendo fotografías inéditas de esta guerra, como es el caso reciente de un album fotográfico de Franz Krieger (1914-1993), un fotorreportero austríaco que trabajó para el cuerpo de propaganda nazi (Propagandakompanie). Varias de las 214 fotografías de este albúm fueron publicadas en el diario New Yok Times en junio de 2011 para averiguar su autor. En menos de 24 horas, recibieron la respuesta de la investigadora alemana Harriet Scharnberg, quien identificó a Krieger, como autor de las fotografías.

David Douglas DuncanOtros hicieron lo imposible por obtener fotografías desde lugares inverosímiles, como el fotógrafo militar David Douglas Duncan (1916). El 17 de febrero de 1943 se alistó en los Marines y fue destinado al frente asiático. DDD, como así le llamaban, tenía acceso a la mayoría de las bases militares y a las operaciones del Cuerpo Aerotransportado de Combate del Sur del Pacífico (SCAT). En la batalla de Okinawa, en 1945, Duncan se introdujo en un pequeño tanque de plexiglass que estaba sujeto al ala de un caza P-38 para obtener imágenes de los movimientos de la infantería estadounidense y del apoyo aéreo.

Duncan también cubrió la guerra de Corea para la revista Life. Asia fue el escenario de los enfrentamientos entre las fuerzas geopolíticas surgidas de la II guerra mundial durante la década de los años 60 y 70. Por temor a las nuevas armas nucleares, tanto EE.UU. como la URSS evitaron el enfrentamiento directo. la guerra fría, se convirtió en una serie de guerras calientes fuera del territorio soberano de ambos países. La guerra de Corea no fue una excepción y después de tres años de enfrentamientos (1951-1953) entre Corea del Norte (apoyada por la URSS y China) y Corea del Sur (apoyada por EE.UU con el respaldo de la ONU), el litigio terminó igual que empezó: con una separación entre ambas Coreas por el paralelo 38º. En 1951, Duncan publicó el libro This is War! (¡Esto es la guerra!), cuando aún quedaban dos años de lucha cruenta en Corea.

Estamos en plena época "dorada" del fotoperiodismo. Las publicaciones gráficas alcanzan niveles de ventas que ahora nos parecerían un sueño Poco a poco, los editores demandarían menos fotografías de los personajes públicos y más sobre la gente de la calle. Esta nueva orientación del fotoperiodismo dió lugar a la fotografía humanista y de un carácter más documental que periodístico. En la década de los 70, el fotoperiodismo entraría en crisis. Debido a la escasas oportunidades de publicar sus fotografías, muchos fotoperiodistas se reciclan en documentalistas y sus imágenes llegan a alcanzar un alto valor histórico y artístico.

Después de la II Guerra Mundial, el liderazgo informativo se trasladó de Alemania a Francia y a Estados Unidos. Francia aún mantenía su agencia France Presse (1835), se creó el semanario Paris Match (1949) y París albergaba las oficinas principales de la agencia Magnum, creada en 1947. Magnum y la agencia estadounidense Associated Press (fundada en 1846) coparían el mercado de suministro de imágenes a partir de los años 50.

El 2 de diciembre de 1956, el yate Granma, con 82 guerrilleros cubanos a bordo, encalla frente al poblado de Niquero, en la costa oriental de la isla de Cuba. Estaba previsto que llegaran 2 días antes para derrocar al presidente Fulgencio Batista. Este retraso supuso el fallo de la operación y obligó a los guerrilleros a refugiarse en la sierra más cercana. Veinte de los 82 guerrilleros consiguieron alcanzar Sierra Maestra, entre ellos, el líder Fidel Castro. Batista aseguró que Castro había muerto en la refriega. El 24 de febrero de 1957, el diario New York Times publicó una fotografía de Castro, tomada, posiblemente, por el mismo entrevistador Herbert Matthews (1900-1977), para demostrar que estaba vivo.

Enrique MenesesUnos meses más tarde, el reportero español Enrique Meneses (1929-2013) avisa al semanario francés Paris-Match, para el que trabaja, que haría una escala en La Habana con rumbo a Costa Rica para resolver un tema personal. La revista le encargó que hiciera algunas fotos a los "barbudos" de Sierra Maestra. Con la complicidad de Deborah, uno de los alias de la combatiente clandestina Vilma Espín (en cuyo domicilio de Santiago de Cuba estaba la sede del movimiento revolucionario), Meneses subió a un avión "cañero", haciéndose pasar por un "gallego" cultivador de caña y pudo esconder su equipo fotógrafico en una caja de whisky. Cuando se adentró en Sierra Maestra, Fidel Castro contactó con él y convivió con la "Comandancia" durante 4 meses. Estas fotografías de la vida diaria de los guerrilleros fueron las primeras publicadas en la prensa internacional.

Pero no fue hasta el 5 de marzo de 1960, un año después de que los revolucionarios tomaran el poder en Cuba, cuando el fotógrafo de Fidel Castro, Alberto Korda (1928-2001) hizo una foto al guerrillero argentino Ernesto Che Guevara en el entierro de los muertos por la explosión del vapor La Coubre. En 1967, se realizó el famoso encuadre del rostro del Che a partir de esta fotografía. Muchos estudiosos están de acuerdo en que este encuadre ha sido la imagen más divulgada del siglo XX,... ¿quizá porque Korda cedió su fotografía sin derechos de autor?.

Las fotografías que no eran publicadas en los periódicos por la inmediatez de la noticia o por la censura, terminaban publicadas en libros. La belleza de la mayoría de estas instantáneas motivaron que, incluso, fueran destinadas a ser expuestas en galerías de arte o en museos. Este fue el destino de las dos fotografías obtenidas por el chileno Sergio Larraín (1931-2012).

Sergio LarraínEn 1956, el Museo de Arte Moderno en Nueva York (MoMA) adquirió dos fotografías realizadas en el río Mapocho (o Mapuche) de su ciudad natal de Santiago de Chile y que habían sido publicadas en la revista brasileña O Cruzeiro. El cheque bancario venía firmado por el propio Steichen.

Larraín ya había decidido ser fotógrafo en 1949, durante sus estudios de ingeniería forestal y se compró una Leica IIIc. Antes de la venta de sus dos fotografías al MoMA, Larraín dejó sus estudios y trabajó para numerosas publicaciones, llevando una vida muy cosmopolita. Uno de sus trabajos sobre la ciudad de Londres, por encargo del Consejo Británico, llamó la atención de Henri Cartier-Bresson y le ofreció entrar en Magnum, como asociado, en 1959. Se han divulgado varias leyendas sobre Larraín. En una de ellas se cuenta que Cartier-Bresson le encargó la misión imposible de capturar una imagen del capo de la mafia Giusseppe Russo, como pasaporte para entrar en Magnum. Larraín se lo tomó como un reto y recorrió con su cámara desde Roma a Sicilia durante varios meses. Por fin localizó a Russo en Caltanissetta, un pueblo del sur de Sicilia, y se pasó 15 días ganándose la confianza de sus gualdaespaldas. Gracias a esa confianza consiguió pasar su cámara de 35mm como si fuera un juguete. Las fotografías no han trancendido, pero es cierto que Larraín entró en Magnum como socio de pleno derecho en 1961. Larraín fue el inspirador originario de la película icónica de los años 60, Blow-up. En 1968, Larraín se retiró a los valles de la región de Coquimbo, en el centro de Chile, desconociéndose su labor fotográfica posterior.

En 1959, Walter Ioss Jr (1943), tomó sus primeras fotografías en un partido de futbol profesional en New Jersey, Estados Unidos. Tenía entonces 16 años de edad y utilizó entonces una cámara que su padre le había regalado. Al año siguiente se matriculó en la escuela alemana de fotografía de Nueva York. Con 18 años recibió su primer encargo profesional de Sports Illustrated. Dos años más tarde colocaría su primera imagen de portada en esa revista. En 1968, Ioss dió un giro de 90 grados a su carrera y se fue a trabajar para Atlantic Records, convirtiéndose en su fotógrafo principal. Ahora fotografiaba a estrellas de la música como James Brown, Jimi Hendrix y Janis Joplin. Aún así Ioss no abandonaría nuca la fotografía deportiva y seguiría colaborando con Sports Illustrated, Fujifilm y otras compañías. Ioss pasará la historia por el ser el fotógrafo de deportes que más portadas ha conseguido en su vida profesional. En 2004, Ioss recibió el premio Lucie por sus logros en el mundo de la fotografía deportiva.

 
LA DOLCE VITA. Posiblemente una de las facetas más conocidas del fotorreportero sea la fotografía de los "ecos de sociedad".Tazio Secchiaroli (1925-1998) se dedicaba a fotografiar la noche romana en la década de los 50. En el 1955 fundó, con su colega Sergio Spinelli, la agencia Roma Press Photo y ambos comercializaron sus propias fotografías. En noviembre de 1958, captó unas imágenes de la fiesta de cumpleaños de la condesa veneciana Olghina di Robilant que se celebra en el restaurante Rugantino, situado en el barrio romano del Trastevere. Entre música, alcohol y locura, la bailarina turca Aïche Nanà realizó un strip-trease. Secchiaroli consiguió salvar sus fotos de la requisa de un comisario de policía y los pechos de Naná fueron publicados en la portada del diario L´Espresso. Estas escenas de bacanal inspiraron a Federico Fellini para escenificar la fiesta final en su película La Dolce Vita (1960). El fotógrafo Paparazzo que acompaña a Marcello Rubini (Marcelo Mastroniani) se inspira, en parte, en Secchiaroli. A partir de esta película, los fotógrafos del corazón son apodados paparazzi. Curiosamente, Secchiaroli abandonó pronto esta práctica cuando la actriz Sofía Loren le contrató como su fotógrafo personal desde 1964 hasta su retiro, en 1983, con 58 años.

Ron GalellaRon Galella (1931) se hizo famoso por ser el paparazzi de las estrellas de Hollywood y la jet-set de los 60. Galella era un fotorreportero muy insistente. Desde que sirvió en la guerra de Corea como fotógrafo en los primeros años 50, no ha dejado de fotografiar. Cuando se graduó en fotoperiodismo en Art Center College of Design de Los Angeles, en 1957, Galella no tenía medios para instalar un estudio en su ciudad natal, Nueva York, por lo que se echó a la calle. Terminó por gustarle tomar fotografías a toda la gente famosa que acudían a los estrenos, las revelaba y se las vendía a todas las publicaciones. Con esta forma de trabajar, Galella sentó el modus operandi de los paparazzis actuales, excepto que... Galella no se escondió nunca para obtener una fotografía, sino que se acercaba bastante al fotografíado, mirándole directamente a sus ojos.

Especialmente insistente fue con Jackie Kennedy Onassis, quien le demandó en 1971, consiguiendo una orden de alejamiento para ella y sus hijos. Curiosamente, Jackie Kennedy trabajó como fotorreportera para el Washintong Times Herald antes de casarse con John F. Kennedy, pero odiaba que le persiguieran sus antiguos colegas. Esta orden de alejamiento solo fue levantada por su hijo John cuando Jackie murió en 1994. Pero sin duda, el encontronazo más sonado fue con Marlon Brando en 1973, quién harto de sus persecuciones le propinó un puñetazo que le rompió la mandíbula y cinco dientes. Galella tomó "medidas" y le siguió persiguiendo ...con un casco de futbol americano. Actualmente continúa fotografiando con sus inseparables cámaras Nikon analógicas y revelando sus propias fotografías.

 
El poder propagandístico de las imágenes y el miedo a divulgarlas siempre ha estado presente desde que se inició la fotografía. Y las fotografías de guerra son las más sensibles. Fue en la II guerra de Indochina, conocida como guerra del Vietnam (1955-1975), cuando el interés propagandístico superó ese miedo, conviertiéndose en el conflicto bélico más divulgado por la televisión y la fotografía en color. Los fotógrafos conseguían divulgar sus fotografías sin ninguna censura. Debido a la fuerte contestación social que originaron estas imágenes en los años 70, ésta fue la última guerra en la que se permitió libertad de movimientos a los fotorreporteros y las cámaras de televisión.

Philip Jones GriffithsEl fotógrafo escocés Philip Jones Griffiths (1936-2008) sufrió especialmente los efectos del desinterés de las agencias europeas y estadounidenses sobre las imágenes del "otro lado". Después de cubrir la guerra de Angola como freelance, en 1962; llegó a Vietnam en 1966 trabajando para la agencia Magnum. Hacía un año que EE.UU. apoyaba abiertamente a Vietnam del Sur en su lucha contra la guerrilla comunista Vietcong y el ejército de Vietnam del Norte. Los enfrentamientos fueron muy duros por la perseverancia y la capacidad de sacrificio de los vietnamitas y por los métodos de "guerra sucia" empleados por los estadounidenses. Magnum tenía serias dificultades para vender las imágenes de Griffiths a los periódicos, debido a que aparecían más vietnamitas que estadounidenses. Se alojaba en hoteles baratos, muy diferentes del resto de sus compañeros; a veces no disponía ni de material fotográfico o le suspendían los visados. Paradójicamente, la venta de la exclusiva de Jackie Kennedy de vacaciones con su amante Lord Harlech, en el vecino país de Camboya, fue lo que le permitió a Griffiths mantenerse en Vietnam hasta que terminó la guerra, trabajando para Life, y editar el libro Vietnam Inc, en 1971. Las 266 fotografías de este libro atizaron a una opinión pública que ya estaba cansada de la guerra y el gobierno estadounidense inició la retirada progresiva de sus tropas.

Era el 7º año de guerra, cuando el 8 de junio de 1972, la aldea Tran Bang es bombardeada con napalm por tropas survietnamitas, a pesar de que ya las tropas norvietnamitas habían sido diezmadas. Todos los fotorreporteros presentes en la carretera de acceso a la aldea comienzan a fotografiar a la gente que huye despavorida. Cuando los demás están rebobinando y cambiando sus carretes, el fotorreportero vietnamita Nick Ut (1951) comienza a fotografiar con su cuarta cámara a un grupo de niños que huyen despavoridos. Entre ellos está Kim Phuc, una niña de 9 años, que se ha quitado la ropa porque le quema la piel. Sin saber que había hecho la fotografía más icónica del dolor de la guerra, Ut y su chófer llevaron a la niña y a su familia al hospital más próximo (una hora de camino) y se preocupó de que le atendieran urgentemente. El presidente Nixon dudó de la veracidad de esta fotografía y la agencia Associated Press (AP) se planteó no publicar la imagen en Estados Unidos porque... Kim aparecía desnuda. Tristemente, Ut consiguió la fotografía de su vida porque sus compañeros gastaron sus carretes en fotografiar una abuela que transportaba desesperada a su nieto muerto.

Nick UtHuynh Tanh MyUt aprendió a manejar las cámaras Leica y Nikon gracias a su hermano Huynh Thanh My (1937-1965), quien también cubrió la guerra del Vietnam para AP. My sobrevivió a las heridas producidas en un tiroteo en el delta del río Mekong durante el año 1965. Pero el 10 de octubre de ese año, nuevamente le habían herido en el pecho y en un brazo. My se encontraba en un puesto de ayuda cerca de Can Tho, en espera de ser evacuado por un helicóptero, cuando el puesto fue bombardeado por la guerrilla del Vietcong. My se encontraba entre las bajas de este ataque. Ut le sucedió en su puesto después del Año Nuevo de 1966, con solo 14 años. Entró en AP como encargado del revelado, pero pronto la agencia le dió una Leica M3 y otra M2 con la que fotografiaba a los muertos en las calles de Saigon. Con 17 años fue "ascendido" a fotorreportero de guerra. Ut aún continúa vinculado a AP trabajando en California y mantiene contacto con Kim Phuc, quien vive en Toronto, Canadá.

Desde la guerra de las Malvinas, en 1982, en la que se enfrentaron el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del sur, los fotorreporteros están sometidos a un férreo control de sus actividades. Después de la guerra del Vietnam, los intereses armamentísticos y políticos optaron por ocultar al mundo las imágenes de una guerra. Por primera vez, solo se les permitó cubrir esta guerra a aquellos fotorreporteros que ambos países "consideraban menos nocivos".

Las diferentes guerras que ha sufrido la humanidad han causado la muerte de muchos fotógrafos y periodistas a lo largo de la historia. Algunos murieron con técnicas de combate "pasivas" como Gerda Taro (1910-1937), que fue aplastada accidentalmente por un tanque o el propio Robert Capa (1913-1954), que pisó una mina. Otros han muerto de forma "activa", alcanzados por los disparos de alguno de los bandos. Juantxu Rodriguez (1957-1989) ostenta el triste título de ser el primer reportero muerto en combate, debido a los disparos realizados por soldados norteamericanos durante la ocupación de Panamá.

Juantxu RodríguezRodríguez no era un fotorreportero de guerra. Antes de fotografiar para la agencia Cover, trabajó en el diario Hierro de Bilbao y en el gabinete de prensa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. A partir de su incorporación en la agencia, en 1983, comenzó a publicar en numerosos periódicos españoles e internacionales. En diciembre de 1989, se encontraba en América Latina, junto a la periodista Maruja Torres, fotografiando la labor de los jesuitas para el diario El País. Estos religiosos se convirtieron en centro de interés, tras el asesinato del hermano Ignacio Ellacuría y cinco religiosos más, en noviembre de ese mismo año, por soldados de El Salvador.

Cuando llegó a Panamá, el 18 de diciembre de 1989, Rodríguez fue retenido porque llevaba un equipo fotográfico. Estados Unidos estaba preparando una invasión de aquel país para capturar al antiguo agente doble de la CIA, Manuel Noriega, por un delito de narcotráfico. Noriega había anulado unas elecciones libres y era el presidente de facto en Panamá. La operación Causa Justa comenzó en la madrugada del 20 de diciembre con intensos bombardeos en la capital por parte de los estadounidenses. Rodríguez fotografió los primeros instantes de la invasión desde el hotel Marriott. Después de un día y medio cubriendo la noticia, Rodríguez y Torres volvieron al hotel para recoger sus pertenencias, en medio de una ciudad caótica. El hotel estaba ocupado por soldados estadounidenses e impedían la entrada a civiles. Debido a que los uniformes militares panameños eran suministrados por Estados Unidos, una tanqueta de Marines confundió a los suyos y disparó sobre otro tanque estadounidense. Los testigos allí reunidos, entre los cuales estaban varios periodistas se vieron en medio de un fuego cruzado entre estadounidenses. Juantxu avanzó fotografiando con la Nikon F3T, que llevaba en ese momento, y fue alcanzado en el ojo izquierdo, muriendo al instante. Los disparos también alcanzaron a los fotógrafos Patrick Chauvel (1949), de la agencia Sygma y Malcom Linton (1956), de Reuters. Ambos pudieron salvar su vida a pesar de las graves heridas en el estómago de Chauvel y en el pie de Linton. Según el gobierno norteamericano, las muertes se produjeron accidentalmente. Los testigos, entre ellos la propia periodista Maruja Torres, hablan de disparos intencionados para evitar la publicación de imagenes donde se mostraría la confusión estadounidense. Las fotografías que Rodríguez realizó en la madrugada de la invasión y las de este incidente nunca han aparecido.

Bernard BraultDesde 1984, el fotorreportero canadiense Bernard Brault trabaja para La Presse, el diario más vendido en lengua francesa de Norteamérica. Comenzó a fotografiar eventos deportivos desde que era un adolescente. A los 18 años se compró una cámara Canon FTB con la que impartió un curso de fotografía en Montreal. En 1976, Brault entró a trabajar en el diario Le Corrier du Sud, un humilde periódico de la isla de Montreal. Allí se especializó en cubrir las noticias deportivas. Lo hizo tan bien que, en 1981, Brault ya trabajaba para las principales agencias Reuters y United Press of Canada (UPC). Actualmente Brault sigue trabajando para La Presse con su cámara Nikon D4 con la que cubrió los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

El acceso a internet y la fotografía digital ha facilitado la libre publicación de fotografías sobre las noticias más dispares. Los blogs y las páginas webs han servido de plataforma de difusión del trabajo de fotorreporteros que no han podido publicar en el ámbito de los periódicos impresos o digitales.

El jueves, 7 de julio de 2005, tres bombas explotaron en el metro de Londres a primeras horas de la mañana. El caos y la confusión que supuso la evacuación de todos los pasajeros no fue óbice para que el suceso fuera fotografiado con teléfonos móviles. Entre los viajeros que huían por los túneles hacia la estación de King Cross, estaba Alexander Chadwick. Sus imagénes fueron tan impactantes que llegaron a publicarse en la BBC. El día 21 del mismo mes, se oyeron otras cuatro explosiones. Afortunadamente, esta vez fallaron las bombas y solo explosionaron los detonadores.

Estos sucesos han inaugurado una nueva forma de fotoperiodismo en el mundo globalizado de la era digital. El sitio web Flickr se estaba convirtiendo en una plataforma de publicación de fotografías muy exitosa, por lo que Yahoo! la había adquirido justo cinco meses antes de los sucesos de Londres, en marzo de 2005. En 2007, un grupo de personas han creado en Flickr el grupo London Bomb Blast Community. Las fotografías publicadas por "fotorreporteros amateurs" han supuesto un fiel reflejo del impacto en la sociedad británica de estos sucesos, sin censuras y sin manipulaciones interesadas. Por el volumen de fotografías publicadas constituyen por sí solo un documento de la sociedad londinense.

 

Referencias

  • Freund, Gisele. 2001. La fotografía como documento social. Ed. Gustavo Gili
  • Golden, Reuel. 2003. Fotografía siglo XX. Ed. Lisma.
  • Loup Sougez, Marie. 2004. Historia de la fotografía (9ª EDICIÓN). Ed. Cátedra
  • Whelan, Richard. 2003. Robert Capa. La biografía. Ed. Aldeasa.
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