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Henri Cartier-Bresson (1908-2004)
 
Capítulos: Pioneros - Artistas - Documentalistas - Prensa
Los pioneros
La fotografía fue uno de los pasatiempos preferidos de los hombres aficionados a las ciencias. En realidad, la fijación de una imagen en un soporte requería conocimientos de física (la luz) y de química (los reactivos sensibles a la luz). A finales del siglo XIX, no faltaron científicos y amateurs que disfrutaban experimentando con ambos medios para conseguir la "mágica" imagen fotográfica.
Nicéphore Niépce (1765-1833) era un francés curioso, a quien le encantaba inventar. Con su hermano Claude, produce varios artilugios bastante prácticos, entre los que destaca un primer motor de explosión (de aire), al que le llaman pireolóforo. Este invento tiene un éxito relativo y, en 1817, Claude se marcha a Londres para rentabilizarlo antes de que expire la patente en ese país. Mientras tanto, en la ciudad de Chalon-sur-Saône, en la Borgoña francesa, se queda Niépce investigando sobre el modo de fijar las imágenes que se proyectaban en las cámaras oscuras. En 1826, consiguió fijar una imagen utilizando una placa de peltre impregnada en betún de Judea. A esta imagen le llamó heliografía y se convirtió en la primera fotografía conocida: Vista desde la ventana. La heliografía también convirtió a Niépce en el primer fotógrafo de la historia.
Niépce + Daguerre

En 1829, Niépce se asoció con Louis Daguerre (1787-1851) para desarrollar su invento. Después de morir Niépce en 1833, Daguerre consiguió mejorar el proceso, obteniendo fotografías de muy buena calidad. La patente del proceso, bautizado como daguerrotipo, fue vendida al Gobierno francés para su uso público el 19 agosto de 1839. A partir de esta fecha, Daguerre se dedicaría más a los negocios y solo tomaría fotografias para realizar demostraciones de su invento.

En el Reino Unido, Henry Fox Talbot (1800-1877) estaba a punto de conseguir lo mismo que Niépce y Daguerre utilizando otra técnica. En 1835, ya consiguió fijar una imagen en "negativo" del ventanal del ala sur de Lacock Abbey, en el condado de Wilt, donde él vivía. Talbot siguió perfeccionando este proceso hasta que, en 1841, lo patentó con el nombre de calotipo; aunque sus admiradores lo bautizaron también como talbotipo. La diferencia entre los procesos de Talbot y Daguerre era importante: el sistema Talbot permitía realizar tantas copias o "positivos" como se quisiera, mientras método Daguerre producía un único positivo. El calotipo competiría con el daguerrotipo a lo largo de la mitad del siglo XIX.

Henry Fox TalbotA diferencia de Daguerre, Talbot era un fotógrafo vocacional y se implicó mucho en su propio método. Experimentó con distintos soportes (papel, arpillera,...) y con distintos fijadores. También inventó una pequeña cámara oscura, la ratonera, bautizada así por su esposa Constance Talbot, una pionera en utilizar esta técnica fotográfica.

Se puede decir que Talbot fue el primer fotógrafo artístico. En su libro The Pencil of Nature reflejó ya todas las posibilidades que tendría la fotografía en el futuro: fotografías de viajes, de naturaleza, de arquitectura, de arqueología, de reproducciones de obras de arte, etc... Curiosamente, el retrato era un tema ausente o intencionadamente "ignorado" en esta obra. El primer fascículo de The Pencil of Nature fue publicado el 29 de junio de 1844 y contenía 5 calotipos. En total, se publicaron 6 fascículos entre los años 1844 y 1846, con un total de 24 calotipos. Esta publicación es considerada como la primera obra puramente fotográfica. Una año antes, en 1843, su colega Anna Atkins publicó British Algae: Cyanotype Impressions, sirviéndose de la cianotipia, otra técnica fotográfica en la que no intervenía la cámara oscura.

Debido a la protección de la patente, el Talbotipo tuvo poco éxito fuera del Reino Unido, mientras que el Daguerrotipo se iba extendiendo por el resto de Europa, Norteamérica, Asia e, incluso, África. Está documentado que el inspector de aduanas francés, Jules Itier (1802-1877) fue el primer fotógrafo amateur que captó imágenes del oeste de Africa en los años 40 del siglo XIX. Debido a su trabajo, este daguerrotipista nómada realizó una labor casi heroica. En una época en que el equipo fotográfico era realmente pesado para transportarlo, Itier fotografió en todos aquellos paises en los que recalaba. En sus fotografías mostraba tanto las ciudades como las gentes que las habitaban, pudiéndose considerar como el primer fotógrafo documentalista. En 1842, realizó los primeros daguerrotipos de Senegal. El 24 de octubre de 1844, fotografió a los firmantes del tratado comercial de Huangpu entre Francia y China, realizado en el vapor L´Archimède. En noviembre del mismo año, Itier tomó numerosos daguerrotipos de la ciudad de Macao, en el sur de China, bajo soberanía portuguesa.

El 10 de noviembre de 1839, se lleva a cabo en España la primera demostración pública del daguerrotipo. Un discípulo de Daguerre, Ramón Alabern y Casas (¿1810-1868?) fue contratado para realizar la primera fotografía en Barcelona. En el encuadre se mostraban los edificios de la Lonja y la casa de Xifrén y fueron necesarios 22 minutos de exposición. Desgraciadamente, esta primera fotografía está actualmente desaparecida, ya que fue entregada al poseedor de la papeleta nº 56 en un sorteo celebrado al efecto el día 14 del mismo mes.

Ocho días más tarde se repetiría el mismo acontecimiento en Madrid. El operador fue Joaquín Hysern y Molleras (1804-1883) y el encuadre fue el Palacio Real. La fotografía obtenida se conservó en la Facultad de Farmacia hasta 1941, año en que se trasladó a la nueva Facultad de la Ciudad Universitaria. El lugar escogido para su conservación no pareció el adecuado a juzgar por los constantes problemas de humedad. En 1975, una inundación, del todo previsible, tuvo lugar en las dependencias donde se guardaba la obra, deteriorando seriamente el segundo daguerrotipo realizado en España. La escasa calidad de la imagen fue, en palabras de la autora Marie-Loup Sougez, "definitivamente estropeada por el deseo empírico de recuperarla mediante vapores de yodo, con lo que del daguerrotipo solo quedó una chapa plateada, perfectamente limpia de cualquier rastro de imagen".

Conde de LipaEstos primeros españoles conocedores de la daguerrotipia no llegarían a dedicarse de forma profesional a la fotografía, sino que realizaban exhibiciones de carácter científico. Serían los daguerrotipistas extranjeros, conocidos como operadores transeúntes, los que introducirían la fotografía como negocio en España. El Conde de Lipa (1793 ó 1794-1871) instala su estudio en Málaga en 1847, tras una carrera militar y después de haber enseñado la técnica del daguerrotipo en Sevilla. En 1861 se traslada a Córdoba y en 1862 a Jaén, ciudad esta última donde lo sitúa Emilio Luis Lara [1]. En 1866 se traslada a Madrid al ser nombrado fotógrafo de cámara de la reina Isabel II. En su estudio de la calle Atocha, nº 18, el conde expone las fotografías oficiales de la reina y su familia. En 1868, se traslada a Cáceres donde realiza la primera fotografía de esta ciudad. Allí moriría "con las botas puestas".

Las lentes de estas primeras cámaras de daguerrotipos procedían de otros tipos de instrumentos ópticos, como microscopios o telescopios, por lo que la imagen no era muy nítida y presentaba distorsiones. En 1841, el óptico húngaro Josef Max Petzval (1807-1891) cálculó que la apertura de lente f/3.6 era la necesaria para que estas cámaras oscuras obtuvieran un imagen más limpia. Estas lentes redujeron considerablemente el tiempo de exposición y su reducida profundidad de campo las hacía ideales para el retrato, pero no para los paisajes.

En 1843, el abogado del Estado Ruso, Sergei Levitsky (1819-1898) viaja al Caúcaso donde realiza los primeros daguerrotipos de esta región del suroeste de Rusia. Las fotografías son realizadas con ópticas inventadas por Charles Chevalier en 1840, conocidas objetivos de lentes combinadas, que le permiten obtener daguerrotipos de gran formato (30x40cm y 24x30cm.). Las magníficas fotografías tomadas por este funcionario ruso le abrieron las puertas de París, donde viaja al año siguiente. Allí se entrevista con Daguerre, su ídolo.

En 1848, Japón se encuentra en el periodo Edo, caracterizado por su aislamiento y por una organización feudal del poder. Shimazu Nariakira es un regidor feudal (daimyō) de la provincia de Satsuma, al sur de Japón. Esta provincia gozaba de privilegios especiales respecto al shogunato (poder militar) del clan de Tokugawa, que controlaba todo el país. Entre esos privilegios, estaba el permiso para poder realizar transacciones con el exterior. De esta manera, a los habitantes de Satsuma les llegaban numerosas mercancías que eran desconocidas para el resto del país. Shimazu era un hombre muy interesado por la tecnología y, en ese año de 1848, adquiere la primera cámara fotográfica que llegó a Japón. Ordenó a sus criados que aprendieran a manejar este dispositivo. Sin un daguerrotipista occidental que les enseñara y sin unas lentes adecuadas, a estos fotógrafos a la fuerza les costó aprender la técnica fotográfica. El 17 de septiembre de 1857, el criado Ichiki Shirō (1828-1903) consiguió hacer un retrato de su señor Shimazu. Muertos ambos, criado y señor, este daguerrotipo permaneció en una altar sintoista dedicado a Shimazu. Con el tiempo, el retrato desapareció, pero fue encontrado en un almacén en 1975. El Gobierno japonés lo declaró, en 1999, como la primera fotografía realizada en Japón.

Francis ChitEl 25 de julio de 1845, el sacerdote francés Louis Larnaudie entró en Siam (la actual Tahilandia) llevando un equipo fotográfico perteneciente al obispo católico Jean-Baptiste Pallegoix. Larnaudie enseñó las técnicas del daguerrotipo a la corte real de Rama III. Uno de los alumnos más aventajados fue Francis Chit (1830–1891). Años más tarde, Chit se animó a completar su formación con el fotógrafo escocés John Thompson (1837-1921). Este fotógrafo viajero llegó a Siam para fotografiar al rey Mongkut (Rama IV), al príncipe Chulalongkorn (futuro Rama V) y a su numerosa prole compuesta de cien mujeres (entre esposas y concubinas) y 83 hijos.

En 1863, Chit abrió su propio estudio en Thinburi, cerca de la iglesia de Santa Cruz y la denominó Francis Chit e Hijo. Fue el primer fotógrafo siamés del que se tiene noticia. En 1868, Rama IV murió, ascendiendo al trono Rama V con 15 años. Este rey nombró fotógrafo real a Chit. Algunas de sus fotografías figuran en el libro de cuentos The English governess at the Siamese court de Anna Leonowens. Anna fue contratada por el rey Mongkut como institutriz para educar a su numerosa prole desde 1862 hasta 1867. Los cuentos sobre su estancia de seis años en la corte real de Siam inspiraron a los directores de cine Walter Lang y Andy Tennant, quienes dirigieron las películas El rey y yo (1956) y Ana y el rey (1999), respectivamente.

A finales de octubre de 1849, el escritor francés Gustave Flaubert, acompañado de su amigo, también escritor, Maxime Du Camp (1822-1894) parten hacia Oriente. Allí Du Camp realizó 220 calotipos durante los 19 meses que duró el periplo. Du Camp, un fotógrafo amateur, pasaría a la historia por ser uno de los primeros escritores que ilustraron sus libros de viajes con fotografías realizadas por ellos mismos. El libro Egipto, Nubia, Palestina y Siria con 125 calotipos de buena calidad registraron los paisajes del medio oriente de medidados del siglo XIX.

John W. DraperEl daguerrotipo sirvió para fotografiar lugares tan lejanos como los planetas. Un profesor de química de la Universidad de Nueva York, John W. Draper (1811-1882) realizó investigaciones para tratar de hacer una fotografía de la luna. Después de varios intentos lo consiguió en 1840, por lo que sería bautizado como el primer astrofotógrafo. Un año antes, este mismo profesor diseñó y fabricó su propia cámara de daguerrotipos. Para probarla, Draper maquilló a su hermana Dorothy Catherine, con harina para acentuar los contrastes y la mantuvo quieta durante más de un minuto para hacerle un retrato. La chica salió milagrosamente nítida y con los ojos abiertos, pasando así a la historia como el primer retrato fotográfico realizado en los Estados Unidos.

El año 1851 sería muy movido en el mundo de la fotografía. Se celebra en Londres la Gran Exposición (Great Exhibition of the Works Industries of all Nations). Promovida por el príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria, el acontecimiento tiene lugar en el Hyde Park. El Palacio de Cristal albergaría aquella primera Exposición Universal. En el pabellón de Francia, Daguerre exhibe su invento. En el pabellón de Estados Unidos se exhiben 20 daguerrotipos de personalidades norteamericanas realizados por el estadounidense Matthew Brady (1823-1896). Este daguerrotipista fue uno de los primeros en aprender esta técnica en Estados Unidos. Las fotografías formaban parte de una exposición itinerante que comenzó en 1845 y su calidad causó tanta admiración en la Exposición londinense, que incluso ganó una medalla. Entre los admiradores se encuentran los jóvenes entusiastas Roger Fenton (1819-1869) y James Gardner (1821-1882), quienes se convertirían con los años en pioneros del fotoperiodismo, junto al mismo Brady.

El escultor inglés Frederick Scott Archer (1813-1857) publica en la revista The Chemist, un proceso nuevo para obtener negativos y positivos, denominado placa húmeda o colodión húmedo. Su enorme ventaja es la disminución del tiempo de exposición. Para "positivar" fueron providenciales los ensayos con el papel albúmina, material con el que se obtenían unas fotografías de muy buena definición tonal. Este proceso iría desbancando al calotipo y al daguerrotipo progresivamente, hasta que ambos desaparecieran en la década de los 60 del siglo XIX.

El calotipo llega a España, a través del valenciano Pascual Pérez Rodríguez (1804-1868). En este año publica su obra fotográfica Álbum de Cañabal pasando a ser uno de los primeros fotógrafos españoles que comercializan la imagen ilustrada con calotipo. Una fotografía suya también será comercializada para publicarla en el Diario Mercantil de Valencia en 1852. Esta sería la primera fotografía utilizada para una publicación en prensa en España. La fotografía fue impresa sobre una plancha de madera, que era el método de impresión gráfica de la época.

El acaudalado español Benito Monfort funda, en su domicilio del nº 15 de la Rue L´Arcade, en París, la Société Héliographique. Monfort dirige el periódico La Lumière y después, la revista Le Cosmos y de esta manera difunde sus experiencias sobre la fotografía. En este París de mediados del siglo XIX, los fotógrafos Adolphe Disderi (1819-1899) y Nadar (1820-1910) abren sus respectivos estudios en 1854. Ambos serán competidores, pero coexistirán porque sus estilos fotográficos eran muy dispares.

 
Adolphe DisderiAdolphe Disderi instala su estudio en el nº 5 del boulevard des Italiens, lugar de encuentro de la gente más elegante y elitista de París. En Brest, deja a su esposa Geneviéve Elisabeth Francart a cargo de su antiguo estudio de daguerrotipos. Después de aprender la nueva técnica de colodión húmedo en Nimes, prueba fortuna regresando a la capital del Imperio, de la que se marchó en 1846. El 22 de noviembre de 1854 patentó el sistema de positivado de ocho fotografías en una sola hoja y su posterior encarte, en las llamadas carte de visite o tarjetas de visita. Disderi se fabricó una cámara oscura con cuatro objetivos, obteniendo otras tantas fotografías en una misma placa. Estos pequeños retratos de 10,1 x 6,3cm, montados sobre una cartulina, eran muy baratos e hizo furor entre la burguesía, popularizando la fotografía de un modo insospechado para aquella época. Mas tarde, Disderi fabrica cámaras de ocho, diez y hasta de doce objetivos.

En 1859, el emperador Napoleón III le reconoce como fotógrafo oficial. Este hecho le hizo muy famoso y le reportó considerables beneficios económicos. Abrió sucursales en Londres y Madrid. Su estudio de París era el más lujoso de la ciudad y el que contaba con más recursos técnicos; incluso vendía cartas de visita de personajes famosos que los parisinos compraban con avidez. En la primavera de 1871, Disderi documentó las consecuencias de la revuelta de la Comuna de París. Los represaliados fueron asesinados y Disderi los fotografió en su ataudes.

La carta de visita de Disderi fue abandonada paulatinamente, desde que, en 1863, la firma inglesa Windsor & Bridge introdujera el formato 10x15 cm, conocido entre la burguesía como Cabinet. Su negocio decayó hasta el punto de que no podía pagar las facturas de su suntuoso estudio. En 1865 cierra el estudio de Madrid. En 1879, se marchó a Niza y sobrevivió allí durante una década como fotógrafo ambulante.

Los retratados por Disderi eran colocados en escenarios con un atrezzo determinado. Sus fotografías reflejaban más el oficio del retratado que su personalidad. Por esta razón, Disderi se consideraba un artista. La publicación de su libro El arte de la fotografía, en 1862, fue la primera edición teórica de la corriente fotográfica academicista o pictorialista.

Por su parte, Nadar realizaba sus fotografías de un modo más austero que Disderi. Despojado totalmente del atrezzo, Nadar le sacaba partido al retratado con tomas más proximas (a la altura del busto), jugando con las luces y sombras, centrando así el interés en la personalidad del retratado.

NadarGaspard-Félix Tournachon (Nadar) sobrevivía en París, trabajando en numerosas ocupaciones (periodista, editor, caricaturista, espía). Debía mantener a su madre y a su hermano André, tras la muerte de su padre. Frecuentaba los ambientes bohemios y sus amigos artistas le pusieron el apodo de Tournadar, por su manía de terminar todas las palabras con dar. Abreviando este mote, adoptó el pseudónimo de Nadar. Con este nombre instala su primer estudio en el nº 112 de la rue Saint-Lazare, donde pinta, dibuja y hace retratos. Su hermano André también se dedicará a la fotografía y utilizará el seudónimo de Nadar jeune ó Nadar jn.

Nadar pronto se dió cuenta de la rentabilidad de la fotografía y, en 1860, se traslada a un nuevo estudio en el nº 35 del boulevard des Capucines, muy cerca del estudio de su colega Disderi, en el barrio de Ópera. El edificio donde se ubica su estudio lo pinta completamente de rojo por lo que sería conocido por atelier rouge. El nombre de Nadar, diseñado por Antonio Lumiére, ocupaba toda la fachada. Las letras del rótulo eran de 15 metros de altura y fue uno de los primeros rótulos luminosos de París, iluminado con gas.

La mayor parte de su clientela eran escritores y artistas (Baudelaire, Manet, Sarah Bernhardt,...). Por esta razón, este estudio de Nadar se convirtió en un referente para la intelectualidad de París. Tanto fue así que, en 1874, unos jóvenes artistas eligieron estas instalaciones para albergar su primera exposición. No está claro si fue el mismo Nadar quien ofreció su taller (que lo había abandonado desde 1870) o si medió alguna compensación económica. Estos artistas eran partidarios de exponer independientemente del Salón oficial y se constituyeron en una Sociedad Anónima el 27 de diciembre de 1873. Cuatro meses después, el 15 de abril de 1874, se inauguró la exposición en el antiguo estudio de Nadar. Una de las obras expuestas era Impression, soleil levant de Claude Monet. Más tarde, este cuadro bautizaría a este colectivo de artistas como impresionistas.

Al margen de su trabajo en el estudio, la inquietud de Nadar le llevó a sacar las cámaras al exterior y a investigar nuevas técnicas. En 1858, Nadar realizó las primeras fotografías aéreas de París desde un globo. Comenzó a experimentar con luz artificial autorretratándose. Cansado de su propia imagen, en 1860, decidió continuar con las experimentaciones, fotografiando las catacumbas y las canalizaciones subterráneas de París. Todas estas experiencias las plasmó en su libro de memorias Quand j'étais photographe (Cuando yo era fotógrafo). Entusiasmado por su experiencia fotográfica en globo, Nadar fundó una Sociedad dedicada a la aerostática, con Julio Verne como secretario, a la que se dedicaría con fruición. Construyó un gran globo Le Giant, desde el que realizaba fotografías aéreas ocasionalmente. Con Le Giant, Nadar y su mujer Ernestine tuvieron algún que otro percance serio, durante algunas de las exhibiciones que realizaban por casi toda Europa.

En 1870, Nadar traslada su estudio al nº 51 de la rue D´Anjou, próxima a la aristocrática rue Faubourg-Saint-Honoré. Su mujer y 20 personas más financiaron este nuevo estudio, mucho más modesto. Allí volvió a su profesión de fotógrafo compartiendo sus instalaciones con su hijo Paul. Acepta cualquier trabajo y experimenta con nuevas formas de expresión fotográfica. En 1886, acepta un encargo del periódico Le Journal illustré para entrevistar al químico francés Eugène Chevreul. Le acompaña su hijo Paul, quien capta una serie de 21 fotografías, mientras que el científico respondía a las preguntas de Nadar. Paul Nadar (1856-1939) consiguió así una impresión tremendamente realista de la personalidad del entrevistado e inauguró un formato de trabajo periodístico que ambos, padre e hijo, denominaron "foto-interviú". En 1894, con 77 años, deja su estudio parisino a su hijo y en 1895 le cede todos los derechos del nombre Nadar. Cuando su hijo "olvida" pasarle su renta, Nadar abre un pequeño estudio en Marsella en 1897 que venderá en 1899, abandonando la fotografía definitivamente, dedicándose a escribir y publicar el ya citado libro de sus memorias como fotógrafo en el año 1900.

La fotografía se "cuela" timidamente en el escenario de una guerra. Las limitaciones técnicas no permitirán realizar fotografías del frente. Sin embargo, el impacto visual de sus consecuencias despertará el interés de los editores para hacer negocio y el de los fotógrafos para cumplir con sus ansias de salir del estudio. Eran los albores del fotoperiodismo.
A pesar de las contínuas innovaciones en los diseños de las cámaras, el proceso del colodión húmedo obligaba a transportar un pesado equipo para fotografia en exteriores. Además de la pesada cámara, las placas y el trípode; el fotógrafo tenía que transportar el laboratorio con recipientes y líquidos.

Si la fotografía de exteriores en esta época ya era penosa, fotografiar una guerra se complicaba aún más por los largos tiempos de exposición y por las dificultades de acceso a los campos de batalla. Las primeras fotografías de guerra fueron daguerrotipos de los soldados participantes en el conflicto territorial entre Méjico y Estados Unidos en 1847 y fueron realizados por fotógrafos anónimos. Posteriormente, John McCosh, un cirujano británico destinado en la infantería bengalí, realizó algunos calotipos de la Segunda Guerra anglo-birmana de 1852. Estas fotografías eran posados de grupo de sus camaradas oficiales o vistas de edificios destruidos, por lo que no podrían considerarse fotografías de guerra estrictamente.

En 1853 estalla la guerra de Crimea entre los aliados franco-británicos y el zar Nicolás I de Rusia. Lo que empezó como una pugna religiosa, terminó despertando viejas aspiraciones de poder. El objetivo último era el control del comercio en el Mar Mediterráneo. Crimea es una península bañada por el Mar Negro y unida al continente a través de Ucrania. La ciudad de Sebastopol era una potente base naval que los rusos no querían desaprovechar. Ansiaban el libre acceso al Mar Mediterráneo por Constantinopla, sin el control del imperio otomano. Por su parte, los ingleses querían seguir manteniendo la libre circulación por el Mediterráneo hacia la India y a los países del Este, sin un posible control de los rusos. Esta guerra sería la primera en ser fotografíada.

Entre 1854 a 1856 se desarrollaron los combates. Entre los fotógrafos que tomaron los primeros reportajes bélicos de la historia, destaca el personaje de Roger Fenton, por considerarse tradicionalmente como el primer fotógrafo de guerra de la historia. Sin embargo, cuando Helmut y Alison Gernsheim investigaban para su libro Roger Fenton, advirtieron la existencia de unas fotografías de la guerra de Crimea, mostradas en la Exposición Universal de París celebrada en 1855. Estas fotografías, tomadas antes de que Fenton se incorporara al conflicto, fueron realizadas por el fotógrafo rumano Karl Baptist von Szathmari (1812-1887), quién se considera actualmente como el primer fotógrafo de guerra. Ya en junio de 1853, Carol (como también era conocido von Szathamari) fotografió, en su estudio de Bucarest, a soldados rusos que se hacían retratos para remitirlos a sus familiares. El tránsito de los oficiales rusos por su estudio, le permitió obtener los salvoconductos necesarios para entrar en la zona de guerra. Ya en abril de 1854, Carol se marchó con una caravana a fotografiar a los soldados turcos y rusos que luchaban a orillas del Danubio. Lamentablemente, desapareció aquel albúm de fotografías, mostradas en la Exposición y solo quedan copias comercializadas en diversos formatos.

Las noticias del frente no eran muy buenas y las crónicas periodísticas hablaban del sufrimiento de los soldados en la ciudad de Balaklava. Thomas Agnew, de la editora inglesa Thomas Agnew e hijos, propuso la conveniencia de enviar a un fotógrafo para mitigar el dolor de las familias sobre la verdadera situación de sus hijos en el frente. La propuesta de Agnew era meramente comercial y propuso a Richard Nicklin para este cometido. Nicklin fue comisionado por las autoridades militares británicas para fotografiar las instalaciones militares en Crimea. Desgraciadamente, este fotógrafo y sus ayudantes murieron en el hundimiento del barco Rip van Winckl, frente al puerto de Balaklava, el 14 de noviembre de 1854, debido a un huracán. Con ellos también se hundieron las fotografías y todo su equipo fotográfico. Parece ser que un único album de este trabajo ha aparecido en Sudáfrica

Roger FentonEn la primavera de 1855, Brandon y Dawson, dos oficiales especialmente entrenados por el fotógrafo londinense J.E. Mayall (1813-1901), fueron comisionados para hacer fotografías de esta guerra. Desgraciadamente, estas fotografías no se publicaron, sino que se guardaron en archivos militares, de donde han desaparecido sin dejar rastro. En esa primavera de 1855, el 8 de marzo, el abogado Roger Fenton (1819-1869) acababa de llegar a Crimea. Cuatro años antes había sido uno de aquellos jóvenes que admiraron las fotografías de Brady en la Gran Exposición del Palacio de Cristal. Parece ser que en el otoño de 1854, Thomas Agnew propuso a Fenton el mismo encargo que le hizo a Richard Nicklin. Fenton adaptó un viejo carromato utilizado para el transporte de vinos en un laboratorio fotográfico donde aplicar la nueva técnica del colodión húmedo. Contrató a un ayudante y ensayó la utilidad de este laboratorio rodante durante todo el invierno. Gracias a la autorización del Gobierno británico y a una carta de recomendación del príncipe Alberto, le proporcionaron a su asistente Marcus Sparling, a un sirviente llamado William, tres caballos, material fotográfico y el buque de la armada Hecla. El asistente Marcus Sparling había sido Cabo de la 4ª legión de Húsares pero, al mismo tiempo, no era un neófito de la fotografía. En 1850, Sparling llegó a inventar una cámara con diez objetivos. Entre las numerosas fotografías obtenidas por Fenton en esta guerra, una de ellas muestra a Sparling sentado en el pescante del carromato-laboratorio utilizado en Crimea.

En febrero de 1855, Fenton y todo el equipo zarparon hacia Crimea. Dado el carácter comercial de su misión, a Fenton no le estaba permitido fotografiar escenas cruentas. La monarquía inglesa no quería alarmar a las familias de los soldados, ni soliviantar a la población sobre los efectos de esta guerra. Una vez allí, Fenton fotografió a los oficiales y documentó la vida de los cuarteles en el puerto de Balaklava. Las duras condiciones en las que tuvo que desenvolverse para realizar las fotografías están descritas en las cartas que intercambiaba con sus amigos y familiares. En junio de 1855, Sebastopol llevaba 9 meses de asedio británico y Fenton esperaba fotografiar su conquista final. El 18 de junio fotografió uno de los asaltos que, de nuevo, fracasó. Fenton, cansado y enfermo del cólera, tiró la toalla y decidió regresar el 26 de junio. De las 700 placas de negativos que se llevó, Fenton regresó con 350 negativos. Cuando las fotografías se publicaron en noviembre de 1855, hacía dos meses que el asedio a Sebastopol había finalizado y la guerra de Crimea había perdido su interés en el Reino Unido. Las fotografías se editaron en varios formatos para atraer la atención del público. A pesar de la publicidad y los esfuerzos de Thomas Agnew e hijos, todo el stock fue subastado en diciembre de 1856, cuando la guerra ya hubo finalizado. En 1858, Fenton continuó fotografiando en el estudio con retratos de tipo pictorialista; sin embargo, poco tiempo después, abandonó la fotografía, presumiblemente, impactado por el destino de sus fotografías sobre esa guerra inútil.

Felice BeatoQuienes fotografiaron el final del asedio de Sebastopol fueron el escocés James Robertson (1813-1888) y su cuñado anglo-italiano Felice Beato (1832-1909). Ambos registraron en 60 imágenes, el estado de destrucción en que se había quedado esta ciudad. Ambos fotógrafos estaban asociados como Roberston & Beato desde 1854, año en que abrieron un estudio en el barrio europeo de Pera, en Constantinopla. Todas sus fotografías de Crimea las firmaron como Roberston & Beato, por lo se desconoce la autoría individual de cada una de las fotografías.

De los dos socios, solo Beato se mantuvo en el negocio de la fotografía hasta su muerte. Beato siguió fotografiando con la engorrosa técnica del colodión húmedo y realizaba copias para asegurar la imagen en caso de rotura de las placas de cristal. Estas copias las conseguía fotografíando los positivos, una vez obtenidas las fotografías. Beato fijaba el papel en una tabla mediante alfileres y las fotografíaba de nuevo. Así registró para la historia la rebelión de los Cipayos (soldados hindúes) contra la Compañía británica de las Indias Orientales en 1857 y la segunda guerra del Opio entre China y Gran Bretaña en 1860. Cuando Beato llevaba dos años comercializando sus fotografías, se traslada a Japón, en 1863. Las fotografías de sus viajes por Asia, sobre todo en Japón, fueron ampliamente difundidas en Europa hasta bien entrados los años 50 del siglo XX.

El militar francés Jean-Charles Langlois (1789-1870) llegó a Crimea el 13 de noviembre de 1855, apenas 6 meses después de la marcha de Fenton. Acompañado de su asistente, un arquitecto de 28 años llamado Léon Eugène Méhédin (1828-1905), Langlois utilizó negativos de papel, en vez de placas de cristal con el fin de aligerar el peso del equipo. Esta elección les dió algún que otro quebradero de cabeza, debido a los problemas con la calidad de los suministros en un lugar tan lejano y caluroso como Crimea, sobre todo el colodión. Langlois, conocido como El Coronel, era un artista especializado en pintar batallas. Debido a sus contactos con la cúpula militar, consiguió partir hacia Crimea con el fin de tomar fotografías para utilizarlas, por primera vez, como bocetos para su proyecto de panorama.

Los panoramas en rotondas tuvieron mucho éxito en Francia a finales del siglo XIX. Se trataban de fosos circulares con una plataforma central donde se sentaban los espectadores y los muros circulares se pintaban en un radio de 360º. Con un juego de luces y con objetos de atrezzo, las pinturas adquirían la sensación de realidad virtual, ante el ojo del espectador. Las ciudades y las escenas de guerra eran las más solicitadas por la sociedad francesa de la época. Langlois era un especialista en panoramas y era ya famoso. Había realizado un panorama en 1830, titulado Batalla de Navarino y otro en 1932, conocido como El asedio de Argel.

Cuando Langlois y Méhédin llegaron a Crimea, la guerra ya estaba tocando a su fin. Tras varios meses de arduo trabajo, Langlois utilizó 14 fotografías como inspiración para pintar el panorama titulado La Toma de Sebastopol. Estas fotografías se conservan en el Museo de Orsay, en París. Por otra parte, el panorama fue exhibido en una rotonda contruida por Gabriel Davioud en una glorieta de los Campos Elíseos. Actualmente, esta construcción alberga el Teatro de la Rotonda. Según Bernard Comment, mencionado por Mª Dolores Bastida, se conservan 28 rotondas de panorama en todo el mundo.

La fotografía es fuente de investigación y desarrollo durante el último tercio del siglo XIX. Muchos ciéntificos, profesionales y amateurs no dejaban de investigar nuevas técnicas de revelado, nuevas cámaras, nuevos obturadores, nuevos sistemas de iluminación, etc. Su objetivo era obtener la mejor fotografía con el menor esfuerzo posible. Finalmente, lo consiguieron.
La cámara fotográfica inventada por Disderi no fue la única cámara peculiar que existía en el mercado. En 1851, Lewis diseñó la primera cámara con fuelle, idea que tuvo mucho éxito perdurando hasta bien entrado el siglo XX. Thomas Sutton (1819-1875) inventó las cámaras panorámicas que abarcaban un amplio campo de visión. Estas cámaras se comercializaron en 1859. Estaban fabricadas en madera y montaban un respaldo curvado, donde se colocaba la placa de cristal también curvada, alcanzando un ángulo de visión de 120º,

En 1853, se comercializaron las primeras cámaras con lentes estereográficas. Estas cámaras disponían de doble objetivo y producían dos fotografías iguales que; colocadas convenientemente en un aparato binocular, el estereógrafo, ofrecian una imagen 3D. En 1862, la London Stereoscopic Company puso en el mercado unas tarjetas con más de 100 vistas de diferentes ciudades europeas. Durante aquel año, la empresa vendió un millón de estas tarjetas, corvirtiéndose en el entretenimiento más exitoso de la burguesía europea, hasta la llegada del cinematógrafo en 1894.

En la década de los 60 del siglo XIX, las técnicas del daguerrotipo y el calotipo prácticamente habían desaparecido. El colodión húmedo era la técnica fotográfica más extendida. Eadweard Muybridge (1830-1904) aprendió esta técnica en 1861 cuando convalecía de un accidente.

En 1850 Muybridge había emigrado a Estados Unidos. Con 25 años se trasladó de Nueva York a California y trabajaba como editor y vendedor de libros. Tras un accidente con una diligencia en Texas, volvió a su país natal, Inglaterra, para curarse. Allí aprendió fotografía e intentó establecerse en una compañía minera, pero al final, Muybridge regresó a San Francisco en 1867 dedicándose por entero a la fotografía. Durante los primeros años fue el fotógrafo itinerante Helios, quien viajaba en un carromato, utilizado como cuarto oscuro y bautizado como The Flying Studio. Sus paisajes del parque de Yosemite le dieron fama y empezó a recibir encargos sobre temas muy diversos: el pueblo tinglit de Alaska, los faros de la costa oeste de Estados Unidos, ... y demostrar que los caballos no apoyaban ninguna de sus cuatro patas en el suelo en algún momento de su trote o del galope. Este último encargo le fue hecho a Muybridge en 1872 por Leland Stanford, gobernador de California.

Stanford era un empresario aficionado a las carreras de caballos, e incluso era propietario de un ejemplar llamado Occident. Con sus colegas del hipódromo, Stanford mantenía que el caballo en el trote largo o en el galope no llegaba a apoyar sus cuatro cascos en el suelo. Otro grupo de aficionados, liderados por James Keene, presidente de la Bolsa de Valores de San Francisco, opinaba lo contrario. Stanford contrató a Muybrigde en 1872 para demostrarlo. Las primeras fotos realizadas a Occident en el hipódromo de Sacramento no fueron muy exitosas. El colodión húmedo no se revelaba con la rapidez con la que el caballo se movía, a 35 km/h, por lo que la imagen no era muy nítida. Un año después del primer intento, Muybridge retomó nuevamente el reto. Esta vez preparó unas placas de colodión más sensibles y consiguió, al menos, impresionar la silueta del caballo, demostrando así que Stanford tenía razón.

El resultado animó a Muybridge a mejorar el sistema para captar el movimiento con imágenes más nítidas, pero las pruebas tuvieron que dilatarse en el tiempo porque Muybridge tuvo que responder ante la justicia por haber asesinado al amante de su mujer. En 1875, después del juicio, Muybridge se marchó a fotografiar América Central durante 9 meses para poner tierra de por medio. Durante su autoexilio, murio su esposa de una enfermedad y el hijo de ambos fue dado en adopción. Después de esta tragedia personal, Muybridge retomó la idea de fotografiar el movimiento en 1877. Inventó un obturador de madera que alcanzó 1/500s y dispuso tres baterías de 24 cámaras cada una a lo largo de 40 metros. Al paso del caballo se disparaban tres cámaras, una por cada batería, mediante un complejo sistema de impulsos eléctricos que accionaban los obturadores. El resultado fue una serie de 12 fotografías de la yegua Sallie Gardner en movimiento, obtenidas en el nuevo rancho de Stanford, en Palo Alto, en el verano de 1878. A este logro le siguieron numerosos estudios más sobre el movimiento humano y animal. En 1881, Maybridge se "fabricó" el zoopraxiscopio para visualizar sus fotografías de un modo secuencial. Sin darse cuenta, estaba dando los primeros pasos para el invento del cinematógrafo.

En 1871, el inglés Richard Leach Maddox (1816-1902) ideó el proceso denominado placa seca. La misma placa de vidrio utilizada en el sistema de placa húmeda, se impregnaba ahora con una emulsión de agua, gelatina y bromuro de cadmio. A esta emulsión se añadía nitrato de plata que reaccionaba con el bromuro. La placa ya estaba sensibilizada y se dejaba secar. Convenientemente protegida de la luz, la placa seca podía utilizarse cuando se quisiera. Una vez obtenido el negativo, el positivado también se podía hacer en cualquier momento. Al papel de albumina, utilizado para positivar, se le unió el de gelatina o papel baritado, un papel impregnado de los mismos materiales utilizados para la fabricación de la placa seca.

En 1878, Charles E. Bennett descubrió que si calentaba lentamente la emulsión de gelatina-bromuro para secarla, aumentaba la sensibilidad a la luz y se endurecía más. El resultado era una emulsión más resistente al rayado y la disminución de la exposición a un cuarto de segundo. Esta última ventaja se convirtió en un inconveniente para los fotógrafos amateurs. En esta técnica era frecuente que las fotografías salieran veladas debido a la alta sensibilidad. Solo los buenos profesionales las realizaban correctamente. Fue necesario incorporar el obturador en las cámaras oscuras porque no daba tiempo a tapar el objetivo, como ocurría con la técnica del colodión húmedo. Aquí se pudo hablar por primera vez de tomar una instantánea como sinónimo de tomar una fotografía.

El sistema de placa seca comenzó a comercializarse en 1879, aunque el sistema de colodión húmedo se mantuvo hasta buena parte del final de siglo. A pesar del descubrimiento de la película de celuloide en carrete, que fue comercializado en 1890 por Eastman Kodak, el sistema de placas se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX.

A pesar de ello, el sistema comercializado por Kodak, junto a sus cámaras de fácil manejo, facilitó la obtención de la fotografía casera sin tener que ir al estudio de un fotógrafo profesional. Su lema Apriete el botón, nosotros nos encargamos de lo demás era cierto. La obtención de un negativo mediante una emulsión sensible a la luz sentó las bases de lo que sería la fotografía hasta la entrada de la era digital.

Referencias
  • Fotografía siglo XX - 2003- Reuel Golden. Ed. Lisma. ISBN: 84-95677-39-3
  • Historia de la fotografía (9ª EDICIÓN) - 2004- Marie Loup Sougez. Ed. Cátedra ISBN 84-376-0288-2
  • Historia general de la fotografía. 2007. Marie Loup Sougez (Coord). Ed. Cátedra. ISBN 978-84-376-2344-3
  • Historia de la fotografía (2ª EDICIÓN). 2002- Beaumont Newhall. Ed. Gustavo Gili S. ISBN 84-252-1883-7
  • Le livre de photographies: une historie. 2007. Martin Parr & Gerry Badger. Ed.Phaidon Press Ltd. Vols I y II. ISBN 978 0 7148 9706 6
  • Diccionario histórico de la fotografía. 1999- Paloma Castellanos. Ed. Istmo. ISBN:84-7090-325-X
  • [1] Emilio Luis Lara López. 2005. La fotografía como documento histórico-artístico y etnográfico: Una epistemología. Revista de Antropología Experimental, 5. Universidad de Jaén.
 
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